sábado, 17 de enero de 2009

GLOBALIZACIÓN

En la sierra comí maíz, frijol,
calabaza y chayote.
Bebí de naranjas
y agua de manantial.

No sé cuando comencé
a desayunar “papitas y refresco”
y a mirar televisión con sky.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Desmayarse al ver una mancha de Rorschach.
Tener más de un alter ego.
Morderse las uñas.

Arrancarse,
uno a uno,
los cabellos.

El temor exacerbado.

Una preocupación,
demasiado intensa,
por el sexo.

Soñar con abducciones.

Saber que demasiada azúcar
no está recomendada
para los hiperactivos y
confiar ciegamente
en el lorazepam.

Odiar las flores,
nada más,
porque el polen te hace estornudar.

Pensar que pensar
sólo conduce
a la infelicidad.
Leer a Sartre,
Saramago, Borges,
Nietzsche, Homero
y después

después
-again-
el temor,
la locura
y la muerte.

Y...

voilà!

martes, 11 de noviembre de 2008

No me arranques
Tu risa,
Ni tus manos
Llévame
A donde todo sea tú...

No me arranques
De tus ojos,
De tus manos,
Llévame a donde
Podamos ser tú.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Alfredo Godínez Pérez


Huyendo del verso y el tiempo.
-
I
Si escribir es la máxima felicidad de la vida
como ha osado en afirmar Kafka,
por qué cada verso que te escribo,
evocándote,
es lo más parecido a enterrar
meticulosamente un cuchillo
en las costras de nuestra historia.
-
II
Kafka se equivocó.
Escribir es la cura más cara del mundo,
se necesita tener agallas
para poder nadar las veces
que sean necesarias
en los abismos privados.
-
III
Mallarmé solió explicar que
no leemos a otros, nos leemos en otros,
y con el afirmo que
no escribimos para otrora, nos buscamos en otrora.
Así es como encontré
las caricias extraviadas, los besos perdidos,
los abrazos inconclusos, las rosas sin regalar,
los poemas sin dedicar y las visitas pendientes;
que jamás nos presentaron
cuando decidimos conjugar el verbo amar.
Pasamos a ser parte del conciente imaginario colectivo.
Existes porque te inventé.
Nos amamos porque el lector, así lo desea.
-
IV
Y volvemos al inicio de tiempos inmemoriales.
Ambos desnudos, solos, sin nada que ganar
y mucho que perder.
Una serpiente todo lo comenzó.
Una manzana la constancia del acto.
Aprendí a obedecerte, y
tú a hinoptizarme con la levedad de tus caderas
y sin embargo, andamos solos, errando,
en busca del beso que todo lo calme.
---
Las noches se me van versificando tus labios,
en horario matutino hago un ensayo acerca de tus cabellos,
y en el vespertino intento encontrar el camino correcto,
para lograr novelar el lugar exacto
donde encuentro la vida y la muerte al mismo tiempo.
-
La misión fracasa, en lugar de novelarte,
práctico, a pesar de ti, para mis días de explorador.
-
La naturaleza da enseñanzas que jamás deben olvidarse,
hoy aprendí que donde hay una caverna,
a veces se halla una montaña y que de toda montaña
comúnmente nace un río de aguas frescas.
---
Poética terquedad.
-
Una vez me dijiste:
nunca muestres ni leas en público
lo que has escrito
antes de haberlo publicado primero
en un libro o de jodido en un periódico.
Te pueden robar la idea,
asegurabas con firmeza.
-
Debí haberte escuchado.
-
Al leer el periódico en la mañana,
la sección de sociales,
vi que un magnate de mi ciudad
se había unido en matrimonio
contigo, el motivo de tantos poemas
y mi novela sin publicar.
-
Hoy veo que no tiene sentido
publicar nada de lo que escribí.
-
Debí haberte escuchado
y aún serías mía y de nadie más.

Alan Arroyo


¿Son ustedes?
-
Todas ellas están aquí. Una junto de la otra, en una fila cerrada con caras de perro nazi enardecido, sus largos hocicos y pezones caídos debajo de las suásticas verdes y rojas. Me preocupa un poco verlas a todas ella juntas en una sola habitación. Una habitación inhumanamente estrecha y humedecida por sus alientos, a veces dulces, cálidos, pero indudablemente putrefactos. Todas ellas me resultaban familiares, como imágenes de hace años aglutinándose en las pupilas. Pero en una inspección mucho más minuciosa de sus rostros deformes por los péndulos, acerté a recordar una por una topándome de vez en cuando con un él, siendo más precisos tres ellos y, ellas. Cuando se les ve juntos, da un poco de miedo, miedo a que se conozcan, que se reconozcan entre ellos, qué comprendan que tienen todos la misma parte de mí. Entonces se abalanzarán contra mí, y practicarán aquellos métodos olvidados ya. Aquellos que tenían nuestros ancestros para comer el tuétano del ancestro del antílope. Primero me tendrán rodeado, para que el miedo me saque de quicio y luego seré herido mortalmente por una tosca rama con punta enflaquecida. Puede que me dejen ahí al ver que un león se acerque atraído por el olor de la sangre. Entonces el león se encargará del trabajo sucio, separar los huesos, desenrollar los intestinos, vaciarme el tórax, y demás nimiedades; pero a fin de cuentas ellas regresarán con las puntas de piedra a moler los huesos que queden y, a punta de golpes quebrarán mis blancos huesos para sorber lo que haya en su interior. Lo único que me consuela es que probablemente tarden horas en extraer algo de mi fémur, quizá no encuentren nada ya; pero, a fin de cuentas a esas alturas nada importa. Tal vez tenga esa muerte romántica anhelada o me maten a palos, o me arranquen la piel con los dientes, eso yo no lo sé. Lo saben todas ellas. Pero las dejaré. Mis hermosas vírgenes milagrosas, es su turno de ser las protagonistas. Aunque desde mis lentes ellas siguen siendo tan monstruosas como la palabra monstruoso.
-
Tú eras la del maldito ring-ring, el teléfono a cada hora, todos los días, con ese maldito móvil en la mano. Pasabas con tu pequeño parásito pegado a la cabeza, y yo te miraba comprensivo, te servía mas té porque tu jamás aprendiste a utilizar una tetera apropiadamente. Siempre me decías “abrázame más fuerte” y yo jamás te complacía. Odiaba la manera en la que me decías “amor” y, adoraba tu persistente olor que me recordaba a los nardos. esa de la mirada clavada en el piso, no la recuerdo, creo que no nos hemos visto desde hace años. Parece ser una mujer sumisa y recatada. Santurrona. Odio las mujeres de esa clase, que me maten las demás, que ella mire. Creo que tú eras la de la mancha en el estómago, me encantaba ver que soltases tu cabello. Recuerdo tus ojos felinos mirándome con malicia, también tenías una gata maliciosa. Tu colchón en el piso me hacía sentir tan decadente y feliz. La que está junto a ti es inconfundible es aquella del portafolio repleto de dibujos, la mirada distraída y la ropa interior negra. Lloraba mucho conmigo y sin mí. Esa mirada de oveja apunto de ser sacrificada era lo que en verdad detestaba. Becerra dorada, receptáculo de los males del mundo, única personificación del pecado original, Pandora arrepentida. ella es la del cigarrillo a las seis de la mañana, ¿recordará que desde el balcón me miraba y sonreía pícara?. Yo clavaba la mirada en la suya y, luego solo veía el humo azul, que se iba detrás de su bata. A esa no me la puedo sacar de la cabeza, era la que me enterraba las uñas en la espalda, la que tenía la mirada desafiante, la que tenía en la mirada locura. si no me equivoco tú eras la de la espiral en la espalda, la más tierna de todas, la que menos exige. La que dejé ir ese día sin tristezas ni despedidas. Ese día me contenté con ver llover. Octavio me presentó contigo, creo que después de eso jamás lo volví a ver. Eras la auténtica novia de Satanás: pezones rosas, mirada verde, piel blanca. Receptora de mis mordidas salvajes. Lo más extraño es que tú en verdad me querías, pero el aprieto residió en el nimio e insignificante detalle que nunca te quisiste a ti misma. Linda... ¿quien sois vos?, espera, acabo de recordarlo. Eras aquella pequeña maja que adoraba escuchar mis obscenidades, que se revolvía el cabello a cada minuto y se deleitaba viéndome mirarla sin demasiado interés. Ella lograba desfasarme y colocarme en ese estado de nerviosismo que hacía a mis palabras dar em-pe-ll-ones. Inmundo pedazo de mierda, le reto a acercaos y os aseguro que os daré muerte pronta e infrahumana. temo decirle a usted que es una puta, bueno no precisamente; es usted tan puta como yo. Ayer estaba pensando en ti. Recuerdas que tú y yo nos moríamos de frío por la mañana, nos abrazábamos tan fuerte que parecía que queríamos exprimirnos el calor, nuestro egoísmo no tenía fronteras. raudo y persistente, no hay mejores palabras para describirte, ese aire que se corta es tan característico de tu presencia. Malditas sean las lágrimas, maldito romanticismo, maldita desnudez, por eso y mucho más merecemos morir. introvertida, me encantaba esa falta de palabras, creo que jamás hemos dicho más de dos líneas seguidas, generalmente nos contentábamos con saber que nos poseíamos, sentirnos dueños, eso es todo, y luego soportar las miradas en ascuas, dedicadas únicamente a ser incisivas. Olvidaba mencionar a las más importantes, ellas no forman parte del círculo perverso. A ellas les debo la vida y la cordura, esos ojos vigilantes que me hacen recordar como funcionan las palabras te amo. Ellas que me miran comprensivas, que me cobijan en sus brazos, y que ahora mismo están en la puerta intentando impedir que entren las demás. Chillan de dolor, no las quiero ver sufrir, no las imagino, entonces un ruido seco estremece la habitación y sus lágrimas desaparecen en una voluta de humo. Estoy solo.
-
De la puerta quedan sólo astillas. Las demás lograron entrar a la habitación. Ahí sólo estoy yo en el centro. Me rodean con lascivia repulsiva, ríen como hienas copulando. Encontraron a su presa: un hombre que TeCLeA sOLiTAriO...

Israel Aguila Torres


TORMENTA
-
El corazón de las montañas
se regocija con la niebla
cuando los gigantes del cielo
se golpean mutuamente y derraman
su sangre en millares de gotas.
-
Durante la noche aúllan
los lobos del árbol
para mantener su territorio.
También aúlla el viento
y derrota a las salvajes hojas.
-
Vuelan las dagas sin filo
hasta el hogar de hombres y bestias:
recubren el piso unidas
para formar puentes
a insectos perdidos
en medio de lagos.
-
El cielo se queja de las heridas
que llegan hasta el suelo.
Y las olas rocosas tiemblan
desde la más profunda caverna...
-
Entonces mi cuerpo se sacude
y mis pupilas revientan
porque tú,con tu soberbia de Diosa,
te has dignado a mirarme.
---
CRUZADA
-
Soy hijo de la nueva fe,
la que ordena amar al prójimo.
He nacido de padres guerreros
en la tierra adquirida con sangre:
llevo en los ojos Coraje.
-
Fui criado entre soldados,
antiguos caballeros de Thor.
Me enseñaron el arte del combate,
a portar el yelmo y la espada
cuando el olifante resuena en el bosque:
llevo en la mente Conquista.
-
Me nombraron caballero en el castillo
que defiende la Casa de Dios.
Vivo de la espada y la fe
cabalgando hasta los valles bretones
para extender los modales al mundo:
llevo en el cuerpo mil Colores.
-
Aprendí de memoria las Sagradas Escrituras
que hablan de la Tierra Santa
donde ha muerto el Redentor de los hombres.
Decido seguir su misma causa:
llevo en el pecho una Cruz.
-
Mi padre es soldado,
de los que juran lealtad al rey,
y el rey convoca a sus hombres:
habrá de empezar otra guerra
por el rescate de una ciudad,
la que vio morir a Cristo.
Sigo a mi familia a la costa:
llevo en las manos el Honor.
-
Es mi casa el desierto;
mi mayor aliado, el sol;
me apapacha la noche
para protegerme del frío;
el enemigo adora la Media Luna:
llevo en los labios los Mandamientos.
-
Somos los herederos de Cristo
los que atacamos primero
al pueblo sarraceno mientras dormía,
es la Madre Iglesia
la que pide el exterminio:
predica la muerte de infieles
y nuestra misión es matar
a otros hijos de Adán:
llevo en rostro Vergüenza.
-
He vuelto a casa,
dicen que soy un héroe
por recuperar Jerusalén.
Me han dado nuevas tierras,
más caballos y sirvientes:
llevo en el corazón la Mentira
---
ÁFRICA
-
Continente olvidado,
ciudad cerrada;
limítrofe con la desgracia,
con la desidia y la pereza;
vecina del infierno
(infierno mismo somos),
del abismo interminable,
de la noche concertista.
-
Y eres muda, ciudad,
porque tu voz se va a pagando
como la de tu vecina suda-mericana,
que suda y olvida, suda y muere,
el buen aire ya no es suficiente:
su gente nada quiere saber, nada decir,
pues se sienten totos,
se sienten nacos,
y mejor callan.
¡Error!
Más es mi vergüenza de ignorante.
-
Te escondes en la montaña,
en la selva agonizante,
(otra vez cual con-ti-nente);
contigo te ríes,
conmigo te escondes,
ente dormido,
repudiada criatura.
Somos un rincón que deambula entre olas verdes.
-
Cinco las horas de camino,
tres los días sin paso
cuando la lluvia arrecia,
dos las semanas de encierro,
uno el año que me queda.

Leonardo Ávila


Mientras hipas
-
Dicen que se le fue la vida hipando sin esperanza, congestionada y adolorida.
Dicen que de tanto hipar, se quedó vacía por dentro; que en su estómago nada cabía, porque todo lo hipaba para afuera.
Dicen que de su diafragma sobrevivió una molicie irreconocible que, a fuerza de hiparlo, perdió su elasticidad y anatomía natural.
Dicen que hasta inventó nuevas formas de hipar, hipando a los amores irreconciliables que hiparon alguna vez a su lado.
Todo lo hipaba, todo: en su discurso ya no cabían consonantes o vocales, sino un conjunto articulado de contracciones breves, fugaces, impredecibles. Por eso la dejamos sola. Por eso decidimos que hipara junto a las sombras y en las esquinas solitarias. Por eso nos acongojábamos luego de escucharla hipa que hipa en cualquier sitio, desconsolada. ¿Pero qué más podíamos hacer?
Ya no queda lugar en este mundo para el hipor.
---
Elemental
-
Después de que se volvieron para contemplarse, consternados por lo sucedido, los cavernícolas agrupados guardaron silencio total. A sus pies se había creado un agujero grande y humeante que albergaba algo demasiado vivo, caído del cielo: una bola rojiza que aún despedía mucho calor y un olor desagradable. No pudieron ofrecerse explicación, y es que por algún motivo aquel evento reclamaba ser entendido. Algo tan rotundo pero inmóvil, algo tan ardiente y agresivo que no se preocupaba por defenderse. Era como si hubiera perdido algo, pero no por completo, como si reclamara ayuda y distancia al mismo tiempo. No soportaron la sensación de incompetencia y a todos se les ocurrió la misma cosa: a un tiempo, cada uno tomó un puño de tierra y lo arrojó. Y luego muchos otros más. Hasta que el objeto estuvo completamente cubierto respiraron satisfechos.
Algunas semanas después, pasada una gran tormenta con rayos, encontraron a uno de sus compañeros inmóvil, tendido en el suelo, con una expresión en el rostro que no acababa de ser un grito. Las reminiscencias de una experiencia incómoda ya casi olvidada los hicieron actuar por instinto.
Dos cosas se arreglaron en ese momento: el método para esquivar la desazón de la muerte y la asociación de ésta con un evento celestial.

Conrado Zepeda Pallares


Lenguaje ajeno
Con el atardecer me iré de aquí, me iré sin ti.
-
¿Dónde puedo quedarme si la neta está chida de noche?
¿Dónde puedo soñar si el lenguaje está muerto de día?
Amo la soledad de mis palabras significativas
Almohade almojábana entelequia rumiando la distancia
Amo la soledad cuando el lenguaje renace
cuando el verbo habita en nosotros de nuevo
de nuevo
-
¿Para qué terminar con mi desvelo
si al despertar te miraré de frente?
me ignorarás entonces como un ave
en el corral uncido de semillas
-
semilla de vida
centeno
mijo
sorgo
maíz
trigo
girasol
avena
cebada
semilla de ti
de tus adentros
-
Ruega por nosotros
ya te invoqué, Marino
-
Evitas el tiempo mirándome
Acariciándome
Olvidándome
Me abandonas en el rincón de la muerta
Espera,
Sobre la niebla me miras
Acercándote, sometiéndome,
Callando la memoria
-
aniquilas las trampas de tu cuerpo
-
te levantas.
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Musik aus Jasmin
Für Jasmin
-
Du bist das Auge der Zeit
Du bist mein Sprache und mein “Ich bin”
I can see myself in front of you
I can stay with you without the light
of
Dein “Auge der Zeit”:
-
The miracle…
The mirrow: Jasmin.
I could give you Rachmaninov und Hofmansthal
But I am not if you are not
Without the Ear, the ear aus Zeit
Rachmaninov is nothing without the letters of the letters of your shiny name: Jasmin
-
Salud por la noche cibernética
Redes son nuestras caras sin idioma.
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Reojo
…es wird warm in der Welt, / un die Toten / knospen und blühen.
Paul Celan
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Bandera banderita
Bandera policromática
Poli, poly, policía
Guardia, guardián, guardería
Colores de infancia derruida
Colores de autoridad enredados
Bandera de tiempos infrahumanos
Sacerdotes, parientes, profesores
Bandera de infancia trasquilada
Bandera policromática:
Mi Góber Precioso
Bandera con tintes libaneses
Mexicanos
Bandera de niños adulterados:
Nos bebemos la infancia de un hidalgo.

jueves, 9 de octubre de 2008

El origen del proyecto


El proyecto de presentar Escritores Poblanos Inéditos nació en el 8avo Festival Internacional de Puebla, teniendo como precursores a Leonardo Ávila, Israel Aguilar, Juan Mendoza y Montserrat Aguilar, quienes leyeron en la capilla anexa a la Iglesia de Santo Domingo.
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Después se decidió que el parámetro sería aquellos jóvenes poblanos nacidos en la década de 1980-1990 y que no hayan publicado ningún libro, a duras penas en una antología o uno que otro suplemento cultural.
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Pero las cosas se quedaron en stand by por diversas e inexplicables circunstancias, hasta que Roberto Martínez Garcilazo, siempre creyente en este proyecto, vuelve a pedirme retomemos el tema, ahora los que aceptarán la invitación irían en dos visitas a leer su obra a la Casa de Lectura La Condesa
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Resultado de esas lecturas es este blog.