viernes, 21 de noviembre de 2008

Desmayarse al ver una mancha de Rorschach.
Tener más de un alter ego.
Morderse las uñas.

Arrancarse,
uno a uno,
los cabellos.

El temor exacerbado.

Una preocupación,
demasiado intensa,
por el sexo.

Soñar con abducciones.

Saber que demasiada azúcar
no está recomendada
para los hiperactivos y
confiar ciegamente
en el lorazepam.

Odiar las flores,
nada más,
porque el polen te hace estornudar.

Pensar que pensar
sólo conduce
a la infelicidad.
Leer a Sartre,
Saramago, Borges,
Nietzsche, Homero
y después

después
-again-
el temor,
la locura
y la muerte.

Y...

voilà!

1 comentario:

Lía dijo...

me encantó, felicidades, Lia